La DistritalComo ya todos saben, el pasado 29 de Octubre se dió a conocer a la opinión pública el escandaloso caso de corrupción al interior de la Universidad Distrital de Bogotá Francisco José de Caldas, en donde su principal implicado, es el señor William Muñoz, quien fungía como Director del Instituto de Extensión de la Universidad Distrital (Idexud). Se le acusó de desviar cerca de 12.000 Millones de pesos que deberían ir para programas de interventoría, consultoría, asesoría, asistencia técnica y tecnológica, y Educación para el Trabajo entre otros y que terminaron satisfaciendo las necesidades de un particular. El ente acusador dijo que Muñoz giró 369 cheques a nombre de él mismo por 11.624 millones de pesos entre enero de 2015 y enero de 2019. Solo en un año, en el 2016 —dijo la Fiscalía—, se giró a él mismo 3.506 millones de pesos, y en enero de 2019 se giró antes de salir de la oficina y a su favor cinco cheques por 223 millones de pesos. Entre lo gastos efectuados por el señor Muñoz, se encuentran servicios de televisión por cable, hospedajes en hoteles de lujo, cuentas de restaurantes, almacenes de ropa, desplazamientos a ciudades que no estaban relacionados con su función, un vehículo de alta gama y equipos electrónicos que fueron destinados para el beneficio de una empresa particular; igualmente se encontraron giros por mas de 400 Mil Dólares a cuentas en el exterior, gastos en Joyas, burdeles, relojes, Etc. (Fuente: El Tiempo). Actualmente el señor Muñoz se encuentra privado de la libertad tras aceptar los cargos que le imputó la Fiscalía mientras enfrenta el proceso judicial en su contra y está inhabilitado por la Procuraduría General de la Nación por 20 años para ejercer cargos públicos. Cabe señalar que estas actividades de desvío y mal uso de los recursos públicos están registrados desde el año 2015 y solo hasta el 2019 se toman las medidas respectivas para frenar este absurdo, claramente, lo que deja en un gran interrogante sobre el actuar de los entes de control tanto internos como externos durante estos 4 años. La Universidad de CundinamarcaLas protestas concurrentes de los Estudiantes de la Universidad de Cundinamarca (UDEC) en todas sus sedes y extensiones, tienen como base fundamental la reelección del rector actual Adriano Muñoz quien a pesar de las investigaciones que la Procuraduría General adelanta sobre esta institución y especialmente sobre un solo contrato de mas de 16 Mil Millones de pesos. Entre las denuncias que tanto estudiantes como entes de control han venido haciendo en los últimos 4 años se encuentran desde contratos exagerados a los servicios administrativos como de vigilancia y cafetería, la poca inversión realizada por la administración a procesos de Investigación, el no reconocimiento de horas a docentes, así como corrupción en el proceso de elección del consejo académico. Cabe anotar que el proceso de elección del actual rector en el 2015, fue observado y demandado por el Ministerio de Educación al evidencia que el Señor Muñoz no contaba con los requisitos mínimo para el cargo en esa época. Los PAEDentro de los casos más sensibles que hay en el sector de la educación se encuentran los del los PAE (Planes de alimentación escolar), en donde la procuraduría ya adelanta procesos por mas de 83.000 Millones de Pesos en todo el país en dónde se pueden ver casos desde la contratación a "dedo" de los proveedores de alimentos en las instituciones educativas, hasta la provisión de alimentos en estado de descomposición a los niños de los colegios y jardines públicos. Aquí existe un problema realmente estructural en el manejo de los PAE, la ausencia de supervisión y controles efectivos en los procesos de contratación, pero más en los procesos de ejecución de dichos contratos, hacen que la corrupción sea "El pan de cada día" en estos planes. Aquí la redefinición de los procesos y procedimientos en donde el uso de la tecnología sea clave para la supervisión de la calidad y eficiencia se hace urgente, así mismo, las veedurías ciudadanas, de maestros, padres de familia y estudiantes también son absolutamente necesarias mientras se reestructura el procesos de los PAE. Aquí no solo está en juego la calidad de la educación de los niños sino su vida misma. En SíntesisColombia afronta una época muy difícil, en dónde la desconfianza hacia el otro y hacia las instituciones, es la base de la relación entre los ciudadanos y el estado, razón por la cuál, el reto en la recuperación de confianza nos es algo de poca monta; pero este reto va a ser mucho más difícil si el país no entiende, que el futuro es la educación, que la educación mejora la vida, que la educación dá vida, que las instituciones deben estar por encima de los intereses particulares, si no defendemos con vehemencia los recursos destinados a la educación.
Ya tenemos un problema muy grave en Calidad educativa (Lea El camino es la educación, pero no cualquier educación.); en el cual va a ser imposible avanzar si no entendemos que la vida es sagrada y que los recursos públicos son sagrados... y más los de la educación.
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El Gobierno del presidente Duque anunció hace unos meses el crecimiento del presupuesto destinado para la Educación, llegando a 44,1 billones de pesos para el 2019, un presupuesto que según el gobierno, permitirá honrar los compromisos con la Mesa de Diálogo para la Construcción de Acuerdos para la Educación Superior Pública en materia de recursos de funcionamiento, inversión, pasivos, así como los acuerdos con las organizaciones sindicales de maestros (Fecode) que incluyen la bonificación docente; cierre de brechas salariales; evaluación con carácter diagnóstico formativa; mayores oportunidades de formación posgradual, continuada y situada, entre otros. En un escenario ideal, todos deberíamos estar celebrando este tipo de iniciativas si no fuera por algunas particularidades y claridades frente al camino que está recorriendo Colombia en materia Educativa. En primera medida, invertir más y más recursos en un modelo educativo ortodoxo, sin visión, improvisado y que no impacta en la calidad de la educación como objetivo principal es igual que invertir, financieramente hablando, en proyectos que no generan ninguna rentabilidad a largo plazo y mas bien si, se convierten en un gasto, inviables e insostenibles, la diferencia aquí es que estamos hablando de beneficios sociales, estamos hablando de aumento de la inequidad, de la disminución de oportunidades y del retraso constante de nuestra sociedad en materia de capital social. Se sigue manteniendo un modelo miope basado en cifras de cobertura exclusivamente, en donde lo que importa al final es, en cuántos niños y niñas se invirtieron estos recursos y no, si esta inversión genera un mejoramiento de la calidad de vida de cada uno de ellos y si por consiguiente, si hay una evolución de nosotros como sociedad educada, como sociedad formada, como sociedad basada en el conocimiento. Para no ir tan lejos en la argumentación de esta posición, tenemos los más recientes resultados de las pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), en dónde le dejan a Colombia un balance muy preocupante no solo porque fue uno de los países que retrocedió frente a las mediciones del 2015, sino porque ratificó la ausencia de una política pública educativa a largo plazo, la falta de voluntad de los gobiernos de turno para ver a la educación como una prioridad de estado y el criterio absolutamente mercantilista con el que se mide la inversión en educación del modelo actual. Estos resultados nos dejan unas preocupaciones muy profundas, si bien es cierto todos los indicadores son deficientes a pesar de haber subido 1 punto en matemáticas, la medición de lectura es particularmente preocupante, como lo explica muy bien el profesor Julián de Zubiría en una de sus columnas: "... La mitad de los estudiantes de grado noveno no pueden inferir una sola idea de un pequeño párrafo escrito; es decir, leen como si tuvieran 7 años: de manera fragmentaria." Las consecuencias de esta variable infieren que la inequidad tiende a aumentar, así como el subdesarrollo y en consecuencia la disfunción de nuestra sociedad.
Ahora bien, si estas cifras son el resultado de los esfuerzos realizados para mejorar la calidad de la educación, qué motivación hay para todos aquellos niños y jóvenes que aún ni siquiera tienen oportunidad de acceder a procesos educativos? Para qué enfocarse netamente en cobertura si el modelo educativo nos sigue destinando al subdesarrollo, al conformismo y al truncamiento de las capacidades y fortalezas individuales y a la pérdida de talentos? Todo esto sin profundizar en el contexto de nuestra ciudadanía rural, que es a mi modo de ver en dónde mas esfuerzos deben enfocarse en materia de desarrollo social, en donde más potencialidades y oportunidades tenemos para aportar al desarrollo del país y en donde cada vez menos interés hay de los diferentes actores que inciden en el desarrollo de políticas públicas sobre esta materia. Claramente no es un problema de presupuesto ni de un plan a seguir, de hecho el plan ya existe, se llama Plan Decenal de educación 2017-2026; un plan en donde se aseguró la participación de los diferentes sectores de la sociedad que inciden en materia educativa; el problema es una falta evidente de voluntad política, un exceso de soberbia por construir sobre lo construido, una agenda para seguir manteniendo manera calculada el interés público en otros sectores que concentran más poder a ciertos grupos políticos y sociales en una especie de Status Quo, en dónde su mayor amenaza es una sociedad educada, con conocimiento, una sociedad crítica y argumentativa que desarrolle las regiones de acuerdo a sus vocaciones, que defienda los territorios y su medio ambiente, que anteponga sobretodo el respeto a toda forma de vida, pero también, que rechace cualquier forma de expresión de la corrupción, que elija y le exija con conciencia y argumentos sólidos a sus dirigentes, pero también que mejore su calidad de vida sin depender de la burocracia de las administraciones, que emprenda, que evolucione, que tenga acceso a la información, ciencia y se apropie de las nuevas tecnologías, que desarrolle sus capacidades de innovación y que aporte al desarrollo del país con motivación, con alegría y con felicidad, esa felicidad que solo dá el creer y sentir que realmente las próximas generaciones tendrán un mejor futuro. Por eso estoy convencido que el camino, es la educación. |
Cesar IntriagoEmprendedor, a pesar de los trillado que está el concepto. Sueño con una región que vuelva a creer y a confiar; pero sobretodo que esos, a quienes se les deposita la confianza, no les fallen. Archivos
Julio 2022
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